Las actividades de cuentacuentos volvieron a Ñuñoa y no podrían haber encontrado mejor lugar que un café con libros, un narrador con oficio y niñas y niños con ganas de escuchar.
En la Barra de Pickles, junto a la editorial chilena Pehuén Editores, se realiza este encuentro dos veces al mes, abierto a todas las edades, niñeces y sus padres, y con entrada gratuita.
El narrador es Nico Toro, actor, narrador oral y gestor cultural, que transforma las mañanas del domingo en una experiencia distinta.
Por ello, asiste a una historia contada con humor, ritmo y ese tono que hace que todo el lugar se quede en silencio. ¡Ven a pasar un domingo distinto!
Domingos para compartir con cuentacuentos en Ñuñoa
Las sesiones se hacen en San Eugenio 40, comuna de Ñuñoa, los domingos a las 12:00. No hace falta inscribirse ni saber qué cuento toca, basta solo con llegar.
Mientras los niños y niñas disfrutan del relato, quienes acompañan pueden tomar algo, conversar o simplemente escuchar.
Cada sesión es diferente, ¡y eso es parte de lo que la hace especial! Algunas veces hay sorteos de libros o productos sorpresa, pero el centro siempre son los cuentos infantiles.

¿Qué es un cuentacuentos y cómo se diferencia de una lectura?
Aunque a veces se confunden, un cuentacuentos no es simplemente alguien leyendo en voz alta. Se trata de poner el texto en escena con gestos, pausas, ritmo y miradas.
Esa diferencia hace que el relato se vuelva más cercano, especialmente para niñas y niños. No necesitan leer para comprender. Escuchan, participan, completan frases y se conectan con la historia desde la concentración, la diversión y la emoción.
En este sentido, los cuentacuentos para niños abren una puerta temprana al mundo narrativo sin exigir saber leer.
¿Por qué ir a actividades de cuentacuentos para niños?
Como ya sabes, asistir a un cuentacuentos para niños no es lo mismo que leer un libro en voz alta. En estas sesiones, quien cuenta adapta el relato al momento, al grupo y al ambiente.
Eso permite que niñas y niños participen activamente. Por esa razón, los beneficios son múltiples:
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Fomenta la imaginación y el pensamiento narrativo.
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Estimula la escucha activa y la comprensión oral.
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Refuerza el vínculo con el lenguaje desde temprana edad.
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Crea un espacio donde converge la infancia y la lectura.
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Invita a conocer historias desde otras perspectivas.
Y, sobre todo, deja un recuerdo. Porque una historia bien contada difícilmente se olvida.
¿Cómo surgen las actividades cuentacuentos en espacios no escolares?
Muchas de las actividades de cuentacuentos actuales nacen fuera del aula, como en cafés, ferias, librerías y espacios comunitarios. ¿Por qué? Porque la lectura no necesita estar siempre ligada a lo académico.
Contar historias en voz alta es una práctica antigua que reaparece con fuerza en entornos cotidianos, donde niñas y niños pueden escuchar sin grandes exigencias.
Al descentralizar la experiencia, se crea una relación más libre con el libro. Lo que antes pasaba solo en el colegio, ahora también sucede en una cafetería o una plaza. Y eso ayuda a que la lectura se vuelva parte de la vida diaria.
Cuando el cuento no termina ahí
Las historias que se escuchan en estas sesiones no se quedan solo en el momento, a veces provocan preguntas, otras invitan a buscar más y muchas veces, simplemente dejan esa sensación de haber compartido algo que vale la pena recordar.
Además, en Pehuén Editores, podemos seguir acompañando el descubrimiento de la literatura a través de nuestro catálogo de cuentos infantiles, lectura complementaria y libros de pueblos originarios.
Y es que detenerse a escuchar un cuento es prestar atención, imaginar, compartir un relato. ¡Eso también es acercarse a la lectura!