Comedia y dramatismo. Esos son los ejes, los géneros que nos invita a explorar el autor en esta pieza teatral llena de ironía y crítica social. El secuestro de un diplomático por parte de un paria de la sociedad el que sólo busca con su acción saciar su hambre, al menos por una semana. En la otra vereda, el Embajador, víctima de su condición privilegiada y la necesidad política de ser considerado un personaje importante para su entorno más cercano. Una vez más Josseau nos deslumbra con su pluma inteligente y mordaz.